viernes, 17 de enero de 2014

Profesores inquietos

Profesores inquietos

Urtarrila 15, 2014
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¿Por qué en nuestra profesión docente hay tan pocos profesores inquietos? Cuando digo inquietos, hablo de sentir ganas de hacer cambios en el aula, de tener ilusión por nuestro trabajo, de poner todos lo recursos para que nuestro alumnado diverso aprenda cada vez más y mejor.

Empezar primero con un bastón, dando los primeros pasos vacilantes, seguir con pasos más firmes, y continuar corriendo. Siempre, por supuesto, teniendo claro a qué meta queremos llegar junto a nuestros aprendices, y controlando, de principio a fin, el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Ya no valen argumentos de que no hay materiales, de que no sabemos trabajar con las TIC. Estos argumentos solo ocultan las pocas ganas de salir de la rutina en la que estamos inmersos, y de un uso excesivo del libro de texto, muchas veces poco objetivo y obsoleto.

Los profesores y profesoras hemos tenido a nuestro alcance, año tras año, cursos de formación y, en la Red, docentes de diferentes Comunidades Autónomas, están dejando un magnífico trabajo en pro de la innovación, de la alegría y el orgullo de ser maestros y profesores. Igualmente, desde los departamentos de Educación de diferentes Comunidades, se han creado plataformas con diferentes ideas, herramientas, y recursos en pro del cambio.

 Como asesora voy más allá.  He llegado a ofrecer a determinados profesores un proyecto totalmente organizado e, incluso, les he creado a estos docentes los cuadernos virtuales para que su alumnado vaya dejando en ellos las producciones elaboradas a través del proyecto y, en el último momento, me han dejado tirada sin darme ninguna explicación. Desgraciadamente, lo que estoy contando, es un caso real que nos tiene que llevar a una reflexión más profunda. A mí no me importan las horas que he perdido trabajando, pero si me importan los alumnos.

Ya habéis advertido que, la finalidad de este escrito, es gritar a pleno pulmón que nuestros alumnos y alumnas esperan algo más de nosotros, aunque no lo digan y, además se lo merecen.

Ahora estoy hablando como profesora porque también lo soy. Tengo el inmenso placer de entrar en las que los docentes decimos “aulas difíciles”  y que nos llevan al llanto y a la queja continua. No digo que sea fácil.  Para mi es una reto diario y al, final, en todos los grupos y casos, funciona.

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La metodología por proyectos desde el punto de vista de los estudiantes de Secundaria. Silvia González Goñi y sus alumnas

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